Lo que hemos olvidado

Es necesario hacer el ejercicio de recordar para poder retomar lo que Dios quiere con nuestra vida, recordar aquellas cosas que le prometimos a Dios. Las situaciones de dificultad nos llevan aferrarnos y depender más del Señor. 

1Los hijos de los profetas dijeron a Eliseo: He aquí, el lugar en que moramos contigo nos es estrecho. 2Vamos ahora al Jordán, y tomemos de allí cada uno una viga, y hagamos allí lugar en que habitemos. Y él dijo: Andad. 3Y dijo uno: Te rogamos que vengas con tus siervos. Y él respondió: Yo iré. 4Se fue, pues, con ellos; y cuando llegaron al Jordán, cortaron la madera. 5Y aconteció que mientras uno derribaba un árbol, se le cayó el hacha en el agua; y gritó diciendo: ¡Ah, señor mío, era prestada! 6El varón de Dios preguntó: ¿Dónde cayó? Y él le mostró el lugar. Entonces cortó él un palo, y lo echó allí; e hizo flotar el hierro. 7Y dijo: Tómalo. Y él extendió la mano, y lo tomó.

2 reyes 6 :1-7

Todos hemos experimentado la presencia de Dios de diferentes maneras y nos hemos olvidado de lo que el Señor ha realizado en nuestras vidas. Nos hemos olvidado de las promesas que le hemos hecho al Señor, nos hemos olvidado de los deseos que habíamos pensando hacer para el Señor, hemos caído en preocupaciones gastando energías resolviendo algo que está solo en nuestra mente y quizás nunca se lleve a cabo. Y no preocupados de lo que el Señor realmente quiere. 

Todas aquellas situaciones o preocupaciones son como un Jonás que se mete a nuestra barca que no nos deja en paz, por lo cual nos hace perder el blanco, tratando analizar cosas que no nos llevaran a una vida eterna, por eso no nos afanemos a lo que vendrá mañana, cada día tiene su propio afán.

Recordemos en que momento se nos cayó esa hacha, así como menciona la historia en 2 reyes 6, si todo iba bien, había tanto que hacer y tanto que construir.

¿En qué momento voló esa cabeza de hacha?, ¿cuál fue momento que perdimos esa alegría, entusiasmo, fe?  Quizás el momento en que lo perdimos fue cuando llegaron los estudios, pandemia, trabajo, etc. 

Recordemos todas aquellas frases que dijimos con respecto al ministerio o aquellos deseos de predicar el evangelio. Nos hemos olvidamos de todas aquellas cosas que le hemos dicho al Señor, por cosas banales porque dejamos caer nuestra hacha. 

Es necesario recordar el momento en que le dimos la espalda al señor. Pero también es importante volver al Señor y así recuperar el hacha que se nos cayó, para seguir trabajando para él. Y Hemos escondido lo que Dios nos dio para derribar árboles.  

Es necesario meditar para volver a la senda, para caminar con el Señor, por lo cual hay formas de levantarnos y no dejar que satanás nos derribe. 


Por el Hno Luis Vidal - Redactado por  Constanza Pinol 


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